12/10/2008

KEN WILBER


Uno
de los autores que ha desarrollado con mayor profundidad los
estudios de conciencia, ha sido Ken Wilber, el cual propone un
modelo exprectal de la conciencia, formado por distintos niveles,
que se caracterizan por poseer una sensación de identidad
individual propia y fácilmente reconocible, que, partiendo de la
identidad suprema de la conciencia cósmica va estrechándose
progresivamente a través de una serie de gradaciones o bandas
diferentes hasta terminar circunscrita a la sensación de identidad
radicalmente limitada propia de la conciencia egoica. Estos niveles
son:

Nivel de la Mente: En este nivel nos identificamos con el
universo, con la totalidad, es decir, somos el todo. Este nivel no
es un estado anormal, ni tampoco un estado alterado de la
conciencia sino más bien el único estado de conciencia real.
Existen bandas transpersonales que van más allá de experiencias del
ego donde la persona no es consciente de su identidad con la
totalidad y en donde se producen las experiencias transpersonales,
como por ejemplo experiencias de muerte y renacimiento,
identificación con la consciencia de otras personas, grupos de
individuos o toda la humanidad, e inclusive puede extenderse más
allá de las fronteras humanas.

Nivel existencial: Es en este nivel donde queda trazada la
línea divisoria entre el self y el otro, entre el organismo y el
medio, el nivel en que se manifiesta el pensamiento racional y la
voluntad personal, en donde el individuo se identifica
exclusivamente con la totalidad del organismo psicofísico existente
en el tiempo y en el espacio. En este nivel se encuentran las
bandas biosociales (internalización de condicionamientos
culturales, convencionalidades sociales, relaciones familiares,
etc.), las cuales constituyen los límites superiores del nivel
existencia que tiñen y moldean en profundidad la sensación básica
de la existencia del organismo.

Nivel de ego: Para esta concepción, el "ego" es lo que en
psicología se entiende como "estructura de personalidad" - o
disfraz adaptativo a la realidad física de este mundo-, la
construcción personal que nos sume en la ilusión de la separación,
esencia del sufrimiento humano. El "ego" incluye tanto la
experiencia de vida o condicionamiento, la transmisión genética de
patrones actitudinales y conductuales de progenitores y ancestros
y, según la teoría de la reencarnación, también los patrones
correspondientes a existencias anteriores, en otros cuerpos y
contextos (Celis, 1998). En este nivel, la persona no se halla
identificada con el organismo psicosomático, sino que se identifica
exclusivamente con una representación mental mas o menos aproximada
del organismo global, es decir, en este nivel el individuo se
identifica con el ego, con una imagen de si mismo y el organismo
queda dividido en una psique y un cuerpo.

Nivel de la sombra (o de la persona): Nivel en que la persona
se identifica con una imagen empobrecida e inexacta de uno mismo,
ya que reduce más su identidad a solo parte del ego, relegando al
mismo tiempo a la sombra, aquellas otras tendencias psíquicas que
resultan dolorosas e indeseables.

Este modelo es una descripción muy abreviada del espectro de la
conciencia y como tal no constituye sino un reflejo parcial del
flujo y la interacción existente entre las diversas bandas que lo
componen.










Ken
Wilber, en 1977 en un afán de reconciliar lo psicológico con lo
espiritual surge este psicólogo, autor de una serie de libros sobre
misticismo, psicología, desarrollo histórico del mundo, religión y
física, plantea de forma muy esclarecedora sus mapas de los
distintos niveles de la conciencia y su evolución, desde una
perspectiva transpersonal, así como las psicoterapias que resultan
más convenientes para aplicar en cada nivel. En su libro El
proyecto Atman (1980) plantea el marco conceptual y teórico de la
Psicología Transpersonal. Dad la importancia del autor, repasaremos
sus principales ideas.

La
filosofía perenne de Wilber se ha encargado de estudiar las
diferencias entre los distintos niveles que posee la conciencia
humana. Observando los diferentes límites entre estas y las
diferentes causas de estos límites o demarcaciones de la identidad
que nos separan del verdadero ser, la conciencia pura y unitiva (la
conciencia de unidad).

Según Wilber, la conciencia es un espectro en el cual existen
diferentes niveles de identidad a los que uno puede acceder. El
nivel básico es el Universo o Todo (conciencia de unidad), en el
cual el yo es igual a la totalidad de la creación. El siguiente
nivel es el transpersonal, el cual son procesos que se dan en la
persona pero de origen supraindividual o colectivo, ya que se
encuentra entre el nivel de la unidad de conciencia y el nivel del
organismo total. El nivel de organismo total es la unión de la
mente con el cuerpo, rompiendo de esta manera con el paradigma
cartesiano, pero sigue siendo imperfecto, ya que el organismo total
ve al medio como su enemigo. El nivel de la mente o ego, es el
nivel en el cual la mente no reconoce al organismo como parte de su
identidad. Pero todavía existe un último nivel, ya que también
dentro de la misma mente se pueden trazar líneas demarcatorias
entre lo que es uno y lo que no es uno, reprimiendo aspectos de la
personalidad que no son entendidos o aceptados (sombra) que lo
único que logran es achicar la identidad o el yo aun más.








Según Wilber, la conciencia de unidad es la comprensión de la
realidad sin demarcaciones, sin fronteras. Es el estado natural de
la conciencia. Es una realidad diferente de las formas y de las
ideas, ya que estos suponen límites. Como no hay demarcaciones, no
hay muerte y nacimiento, no hay bien ni mal, no hay objeto y
sujeto, porque se desvanece la identidad, o sea, la ilusoria
separación entre lo que somos y no somos (demarcación primaria). No
existe el yo separado, es una ilusión, si existe una identidad
suprema, el Todo. Nuestro verdadero ser es idéntico a la Energía
fundamental de la cual son manifestaciones todas las cosas del
Universo. El descubrimiento del mundo real, de lo que carece de
fronteras, es la conciencia de unidad, el eterno presente. Y esta
experiencia se produciría ante el desplazamiento de la ilusoria
demarcación primaria, la diferencia entre hombre y medio. Estos
estados de iluminación se pueden producir mediante la búsqueda de
esta demarcación y no destruyéndola, porque esta simplemente no
existe.

Si
observamos cuidadosamente la sensación del «yo interior» y del
«mundo exterior», descubriremos que estas dos sensaciones son
realmente uno y el mismo sentimiento. Nuestro problema consiste en
que tenemos tres expresiones -«quien ve», «el acto de ver» y «lo
visto»- para una única actividad, la experiencia de ver, tres
factores donde en realidad no hay más que uno.

La
conciencia de unidad es el eterno presente porque es intemporal. El
tiempo es una ilusión producida por una demarcación simbólica que
nos impide llegar a Dios, al Todo, a la conciencia de unidad. No
existe ni el pasado ni el futuro, existe un eterno presente. Y esto
es precisamente otra demarcación de la identidad: la distinción
entre pasado y futuro, ya que limitan a la identidad haciéndola
vivir en un presente pasajero.

Y
las fronteras desaparecen cuando nos percibimos de que los
recuerdos y nuestras expectativas futuras son actividades
presentes. Por eso no hay que destruir el tiempo, sino buscarlo, y
cuando no lo hallemos nos daremos cuenta que es una ilusión. Por
eso es que Wilber dice que el presente es un momento sin límites
espaciales o temporales y por eso los místicos abrazan al tiempo en
su totalidad. Entonces, la conciencia de la unidad es el ahora
eterno. Uno no tiene experiencias presentes, uno es las
experiencias presentes. No hay delante de uno ni detrás. Y uno no
tiene donde quedarse, a no ser en el presente intemporal, en la
eternidad.

No hay comentarios:

 
I-Ching | Tarot
Carta Astral | Tarot
Tarot Los Arcanos
Tarot