12/23/2008

REIKI LECCION NUEVE

Metodos de Terapia Reiki - Tercer Nivel (3a)
En el taller del tercer nivel, el estudiante es iniciado en el símbolo de Maestría Reiki. Hay poco que decir sobre el tercer nivel Reiki, excepto que el símbolo de maestría nos conecta conscientemente con la chispa divina. Alguna gente lo llama el "ser máximo".

Particularmente no me gusta esa expresión, porque fácilmente puede llevar a malentenderla, como si hubiera algo así corno un ego superior, más grande o mejor que se dirige a nosotros. Lo que denomino la chispa divina está más allá de todas las palabras y de todo lenguaje. Es el "ser" puro, el centro de la existencia, que sólo puede encontrarse en el silencio absoluto, dentro y fuera.

El tercer nivel Reiki se utiliza mayormente para la meditación privada. Después del tercer nivel, el sistema Reiki queda básicamente completo. El símbolo Maestro puede usarse en cualquier momento y tan seguido como se desee para "reiniciarse", si uno quiere.

Un ejercicio favorable consiste en usar el tercer nivel Reiki antes de dormirse, a menudo uno se encontrará portando su fragancia a través de la noche y despertará a la mañana conscientemente.

Cuarto Nivel (3b)



En el cuarto nivel, a los estudiantes se les enseña a iniciar a otros en todos los niveles precedentes (algunas escuelas Reiki y maestros individuales sólo enseñan cómo iniciar el primer y segundo nivel).

El cuarto nivel sólo interesa a quienes desean compartir Reiki -y por lo tanto a sí mismos- con otros.

Personalmente, amo iniciar a otros en Reiki porque eso me brinda la oportunidad de conocer a mis camaradas de travesía en un nivel muy profundo y amoroso, fuera de todo enjuiciamiento, preferencias o antipatías. Dado que el maestro es apenas un canal de la energía Reiki, las iniciaciones se vierten a través suyo así como se vierten a través del estudiante. Este proceso crea un maravilloso sentido de unicidad.

Sin embargo, trabajar como maestro Reiki no es una convocatoria para todos y requiere más que un mero proceso de iniciación y de adiestramiento. En verdad, uno debería ser un habilidoso comunicador, consejero y amante de la humanidad antes de ponerse a enseñar algo tan delicado como Reiki. Sobre todo, siento que el maestro Reiki debe tener en mente que la relación con su estudiante es mutua y que ambos deben ser colmados con un sentido de gratitud. Sin el maestro es imposible que el alumno aprenda, pero sin un alumno el maestro no puede enseñar.

Enseñar Reiki es compensador durante la mayor parte del tiempo, pero por otra parte existe un lado oscuro. Durante el nivel de Maestría, y a menudo después, puede modificarse la actitud del estudiante. Como me dijo recientemente mi esposa Chetna: "Realmente descubres quiénes son tus amigos durante el entrenamiento del nivel de Maestría".

Alguna gente está tan atada a la idea de la dualidad, del yo y el tú, que no pueden soportar la idea de haber aprendido Reiki (O cualquier cosa que sea) de alguna otra persona

Cualquiera que enseñe en el llamado mundo espiritual está destinado a toparse con este problema tarde o temprano. ¡Alguna gente va a odiarte categóricamente por haberla enseñado!

Sin embargo, aquí hay una lección para aprender, una lección de confianza incondicional, algo que todos nosotros deberemos aprender eventualmente.

Para cerrar este capítulo me gustaría citar una historia Zen que mi maestro me contó el 20 de junio de 1988, la llamada salto cuántico de la mente a la no-mente

Nansen vivía en una pequeña cabaña en las montañas. Un día, llegó a visitarlo un monje extraño, justo cuando se preparaba para ir a realizar su tarea en los campos. Nansen le dio la bienvenida diciendo: "Por favor, acomódate como si estuvieses en tu casa. Cocínate lo que quieras para el almuerzo, luego tráeme algo de lo que sobre por el camino que lleva hasta mi lugar de trabajo".


Nansen trabajó duro hasta el anochecer y volvió hambriento a casa. El extraño había cocinado para él y disfrutado una buena comida, después había tirado todas las provisiones y había quebrado todos los utensilios Nansen encontró al monje durmiendo pacíficamente en la cabaña vacía, pero cuando estiró su cuerpo cansado junto al forastero, éste se levantó y se fue. Años después, Nansen le contó la anécdota a sus discípulos con el comentario:

"Era un monje tan bueno, hasta ahora lo echo de menos."

No hay comentarios:

 
I-Ching | Tarot
Carta Astral | Tarot
Tarot Los Arcanos
Tarot