11/06/2008

EL JUICIO




XX, El Juicio o El Juicio Final.
Dos personas frente a un altar rezan en una especie de ceremonia precedida por una especie de sacerdote, todos desnudos. Desde arriba emerge un ángel que toca la trompeta e ilumina todo el ambiente. Esta carta poco y nada tiene que ver con un juicio real, sino que el Juicio aquí definido es interno, una especie de catarsis propia, un renacimiento. Hay muchos espacios a llenar y a analizar dentro del consultante, sólo que éste no se ha dado cuenta de ello y es necesaria una llamada especial de atención desde afuera. Puede aparecer un impulso interno, una situación potente que lleve las cosas a un nuevo nivel o una persona que provoque modificaciones profundas o grandes cuestionamientos. Este acercamiento con las verdaderas necesidades y con lo correcto es vital y, probablemente, se volverá inevitable una vez que demos un paso hacia esta senda, porque atraerá sin duda.
Posición Derecha: Renacimiento.
Es urgente que el consultante tome una nueva postura en la vida y, si no lo hace por voluntad, las cosas se irán acomodando para que así sea. Se avecinan muchos cambios internos, un cierto recuento de la vida para pasar a otra etapa de ésta con un pensamiento diferente, renacimiento de hechos del pasado para continuarlos o concluirlos y cuestionamientos internos, a veces tan internos que se hacen imperceptibles a simple vista. Todas estas situaciones por acontecer representan una evolución desde un punto que no siempre es agradable a uno que sí lo es, así que no hay que tener miedo alguno de esto. Mucha gente mostrará su verdadera cara en los momentos más inesperados, así que se requiere un corazón fuerte para soportar algún dolor que pueda aparecer al ver a quienes rodean al consultante como realmente son.
Posición Invertida: Incomprensión.
Una persona ciega es en lo que se está por convertir el consultante. Puede que no quiera comprender que su vida ha tomado este rumbo para darle una nueva oportunidad de empezar de 0, pero con más suerte. Cuando El Juicio sale invertido representa a alguien que puede estar culpabilizando de sus desgracias a alguien más o a una persona que no es capaz de lograr una buena introspección a la hora de tener problemas, lo cual trae que las situaciones negativas se extiendan más de lo esperado. Por esta misma incomprensión de los porqués de cada hecho vivido, el consultante puede vivir ciertas situaciones que tengan que ver con separaciones y despojamientos: divorcios, rupturas, robos, traiciones, etc. Todo esto, sin embargo, puede frenarse entendiendo que las cosas tienen su razón de ser, por malas que parezcan.

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