11/14/2008

EXTENDIMIENTO

EXTENDIMIENTO

Sucesos. — 2. Teorías. Duplicidad. — 3. Teorías. Formas -mentales. — 4. Experiencia y adaptación.

Sucesos. — Extenderse o, en otros términos, ser visto y oido auna distancia importante del propio cuerpo, ver y oír loque sucede a lo lejos, constituye la más distante de las manifestaciones telepsiquicas.

Históricamente se atestiguan numerosos ejemplos de extendimiento. Actualmente abundan las observaciones. Para convencerse de ello basta con leer los procesos orales de la sociedad de Investigaciones Psíquicas, de Londres, o las obras de Gurney, Myers, Podmore, Maxwell y Boirac referidas en el capitulo I. Ahí se hallará la analogía de un gran número de fenomenos libres. Aquí vamos a ver cómo sacamos partido deliberadamente de tal posibilidad. Una predisposición específica es lo único que permite lograr el extendimiento integral; pero si la intención sostenida de influir sobre la mente de otro es bastante suficiente para que se irradie eficazmente su actividad mental, una parecida concentración espiritual determina casi siempre parcialmente la proyección de extendimiento.

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Teorías: Duplicidad. — Si la ciencia actual apenas empieza a rozar — ¡y con qué circunspección! — el examen del fenómeno en cuestión, a través de las épocas se han transmitido textos que aseguran que en otros tiempos eran perfectamente conocidas y fácilmente aplicadas las leyes del extendimiento El ocultismo — vestigio de la sabiduría antigua — nos presenta al hombre constituido no sólo por un alma y un cuerpo, sino también por un tercer elemento intermedio entre una y otro. Es el doble o Ka de los sacerdotes egipcios, el Kama rupa de de los hindúes, el Nefesch de los caballistas, el Mediador plastico de los herméticos, mejor conocidos en nuestros días con el nombre de Cuerpo astral.

Precisamente informado acerca del modelo de la apariencia material, el cuerpo astral, formado de una substancia más sutil aún que la situación de los físicos, interpenetra el organismo tangible, del cual es, por otro lado, el constructor, el conservador y el animador.

A favor de esos adormecimientos semejantes a la muerte que saben provocar en sí mismos los que ejercitan la magia y que suelen obtener de sus sujetos los magnetizadores, el alma (la conciencia psicológica) se externa, arrastrada por el cuerpo astral y, dejando allí el cuerpo físico, al cual le tiene ligada un lazo fluídico extensible, encuentra abolido el espacio.

Amén de este último aspecto, son posibles y bastante frecuentes otros mil. Tales son las variadas formas de la metagnomia — nombre creado por Boirac, el difunto rector de la Universidad de Dijón, para nombrar la percepción de cosas y de seres situados fuera del alcance de los sentidos en el tiempo yen el espacio: una sonámbula activa, un clarividente, un suyetó dotado de deble vista es describen en, París un amigo residente en Marsella o un suceso próximo. Esto les es posible en virtud de un extendimiento parcial. Una persona herida de muerte o que acaba de morir se le aparece a su madre en Ultramar: Extendimiento provocado por la emoción. Bajo el efecto del cloroformo,un paciente se exterioriza y asiste a su operación: Igual fenómeno. En el curso del sueño natural, el sujeto sueña que visita la casa de su padre y ve iniciarse en ella el fuego. Al día siguiente sabe del siniestro efectivo, Luego se extendió y vio.

Casas frecuentadas, raptos y gran cantidad de fenómenos psíquicos se explican igualmente por la exteriorización del extendimiento. Pero para concebir la común frecuencia del extendimiento, es preciso leer de Gurney, Myers y Pondmre las alucinaciones telepáticas.

En la mayoría de los casos comprobados seriamente, el extendimiento no tiene conciencia del ser — y esto no debe sorprendernos — porque se trata comúnmente de una proyección del doble solo, durante la cual el alma, el elemento psíquico, la consciencia, permanece cerca del cuerpo físico,

Cuando sentados, con los músculos relajados, indolentemente, pensamos única y muy intensamente en un tercero, inconscientemente proyectamos nuestro doble hacia él. El interesado, difícil percibe esa presencia invisible, cuando menos como imagen de nosotros mismos. Y, sin embargo, nuestro doble actúa sobre suyo y le emite su movimiento ondulatorio, le trasmite el tono de vibraciones de que se encuentra animado lo cual suscita en él reflexiones que nos conciernen.

¿No habéis experimentado nunca la impresión de regreise de muy lejos en el instante en que cualquier intempestiva lla mada os restituía a la noción de la vida real cuando, sumido en vuestros pensamientos, os habéis liberado, por así decirlo al mundo exterior?

Entonces, como anteriormente, hay niveles, y si la bilocación total y consciente parece necesitar de especiales calificaciones, cada uno se desdobla libremente más o menos y cadaquién puede sacar partido de sea posibilidad tratando de ha cerlo concientemente.

TeorIas: formas-mentales. — Ya he informado en el capítulo II que todo ocurre como si, cubiertos por un invisible océano fluídico, nuestras almas se encontraran continuamente en mutua comunión. Dicho océano lo denomina el ocultismo plan astral y le atribuye un papel cosmológico de los más principales acerca del cual no haré extensión aquí.

Para nosotros lo que ofrece un inmediato interés es la propiedad, atribuida por los ocultistas a la substancia del plan astral, de acomodarse en formas bajo el efecto de nuestra actividad psíquica. Las formas mentales se esculpen de los cuerpos a semejanza de éstos. El eco de nuestras impresiones, de nuestras motivaciones, de nuestros sentimientos, crea agregados a los contornos y a los diferentes colores.

Esas creaciones están constantetmente dotadas de movimiento y hasta de semiconsciencia. Actúan como auxiliares de la mente de donde emanan. Querer obrar sobre un tercero, trasladándose con la mente allí donde aquél está, es, pues, proyectar una clase de fantasma, de doble, de alter ego, que trabajará lo incosciente del sujeto conforme a nuestras intencioncs. Por otro lado, las formas imaginadas formadas y transmitidas conforme a la técnica ya conocida, constituyen cuerpos astrales positivos que permanecen en el ambiente del sujeto y se manifiestan a veces hasta la obsesión. Se sabe cuan sugestivaes esta teoría y qué útiles inspiraciones se pueden lograr de ella.

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Experiencia y adaptación. — Entre los profesionales que han escrito acerca del extendí miento, varios han indicado, para lograr ese fenómeno, el uso de substancias perniciosas por sí mismas y cuyo efecto por lo demás, es incompleto. Positivamente, el opio, la heroína, el éter, la cocaína, el haxix y la mariguana provocan la extensión, 'pero retiran al experto toda influencia directriz del fenómeno — es decir, que no sabría como utilizarla —. Otros han preconizado un sistema menos inmediatamente peligroso, que aprovecha de la exteriorización inseparable del sueño natural. El inconveniente de este sistema es evidente: el candidato que no tenga continuamente el dominio de sí mismo, ya que la bilocación actúa en plena inconsciencia, se pene así en las perfectas condiciones para sufrir los influjos ambientes más restrictivos de su propia voluntad. Es hecho que he comprobado, algunos totalmente desequilibrados por los ensayos. Esa extensión constituye nada menos que una salida sobre un más allá misterioso, salida que es temerario franquear.

El método que voy a exponer difiere primordialmente de los anteriores, primero por ser completamente inofensivo, luego porque conduce a una exteriorización gradual durante cada una' de las fases, de la cual guarda el experto la integridad de su conciencia y de su facultad.

En otra obra expuse, y está en su lugar igualmente aquí:

A) Antes que nada, se trata de imponer al cuerpo físico una completa pasividad. Para ella la posición tendida es la más conveniente. La atención debe recorrer una a una cada fibra, afin de relajar, de distender naturalmente el conjunto del sis-temamuscular. Se logra así la más completa inmovilidad.

B) La laxitud locomotriz predispone a una perturbación de la actividad intelectual, cosa de la que rápidamente se da uno cuenta y que degenera simplemente en sueño natural profundo en aquellos cuyas energías psíquicas están insuficientemente concentradas. El ensayo se interrumpe por sí mismo si no se opera esa concentración de acuerdo con nuestras anteriores indicaciones.

C) El experto, movido aún por su automatismo, observa que continúa su agitación mental, y es entonces cuando acepta atenerse a la regularización de ésta. La clave de la práctica está constituida por el mantenimiento de la atención sin tensión volitiva de rarificar la formación de los pensamientos. Tal intención no podría lograr de momento, ni siquiera en un reducido número de sesiones, la suspensión del pensamiento.

Progresivamente, la calma sucede a la agitación y, todavía, el sueño atisba a los ensayistas benévolos. Pero después de varias semanas de continuadas tentativas, momentos cada vez más prolongados señalan un primer progreso. Luego, ese alto se prolonga mucho y pronto subsiste, turbado apenas por alguna vaga reacción. Finalmente se le obtiene uniforme. Es el aislamiento. En esta situación, la acuidad sensorial se halla considerablemente atenuada. Los ruidos externos se hacen indiferentes, así como las sensaciones visuales, olfactivas o táctiles. El experto se encuentra entonces en una disposición parecida a la de un sujeto de tal manera concentrado que ni oye lo que hablan. Y la exteriorización se bosqueja.

D) Se tiene nítidamente la impresión de no estar ya rígidamente integrado en los límites del cuerpo físico. Se siente uno como elevado, nivelado a sí mismo o a alguna distancia. La menor intención espontánea restablece la situación normal. No hay aprensión alguna, sino más bien un bienestar seminiriánico.

E) Alcanzado tales resultados, se es capaz de aislarse así en pocos minutos; a la primera intención de éxtasis intelectual, cambiada la de exteriorizarse cada vez más y se proseguirá el ensayo con calma, consagrando a él poco más o menos una hora diaria.

Conforme el caso, la evolución de las disposiciones bilocatarias seguirá un curso adecuado a las predisposiciones de cada quien. Así, unos empezarán a percibir el medio astral bajo la forma de una luz o de una sombra difusa en la que se bosquejarán lentamente formas, siluetas, imágenes (a); otros recorrerán con facilidad el trecho hiperfísico y los dobles de los seres vivos serán preceptibles (b) antes que el mismo plan astral.

F) Los expertos que observasen (a) obtendrían más rápidos resultados orientándose hacia la metagnomía. Son percipientes más bien que irradiantes. Los que observasen (b) sabrán que están mucho mejor dotados para actuar, para manifestarse, que para percibir las vibraciones emitidas por otros centros. Será pues en el acto a distancia donde destacarán con facilidad.

Tal como se ha visto, si se emprenden esos ejercicios sin tener las reservas energéticas que aseguran a la vez otro riesgo, se corroe más que el de disfrutar de un sueño reparador. Pero el mismo ejercicio habitúa lentamente al practicante y desarrolla formidablemente sus aptitudes. Con ensayos continuos y renovados, cada quien así a su objetivo.

Si en el acto telepsíquico a distancia se procede por un previo entendimiento, bastará recordar la imagen del sujeto y precisar bien la intención de juntarse a él, para obtener un feliz resultado. Y, entonces, el acto será más vigoroso, más rápido, aun exigiendo mucho menos esfuerzo que la sugestión mental común.

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